Actualmente las fuerzas ultra conservadoras van recuperando terreno a merced del manejo de un modelo de comunicación eficiente, avasallador y agresivo con el cual ahogan las expectativas de organización del pueblo y a la visión de las mayorías como proyecto político. Tanto es así que existe una casi hegemonía de los valores propios de ese pensamiento que buscan frustrar los más nobles ideales de justicia social, igualdad, libertad de las personas y principalmente el derecho de cada ciudadano de ser protegido en sus derechos como ser humano.
Por nuestra parte como sectores populares, progresistas y de izquierdas, este violento embate de una masiva turba virtual nos coloca en posición defensiva y a tal punto desmoralizados que no tenemos respuesta inmediata y más bien invita a la resignación, la paralización y a abandonar la construcción de propuestas y proyectos que busquen avanzar en soluciones para las amplias mayorías.
Necesitamos recuperar la moral, la mística revolucionaria y patriótica colocando en primer lugar nuestros principios, valores, pensando que estos son ampliamente superiores éticamente a los valores de los sectores conservadores y reaccionarios que se están instalando a la fuerza hoy. Preguntémonos ¿Desde cuándo el egoísmo es superior a la solidaridad, desde cuándo la discriminación es superior a la igualdad, desde cuándo el clasismo y el racismo se han puesto de moda, desde cuándo el interés individual es superior al particular y desde cuando los proyectos elitistas son superiores a los proyectos populares?
No bajemos la cabeza nos ha tocado gobernar y lo hemos hecho mejor que el poder instalado actualmente, hemos dado más resultados en 4 años que cualquier gobierno oficialista en 70 años de gobierno, por lo tanto, tenemos una carta de presentación importante para sacar adelante y credenciales democráticas para encarar la lucha política por seguir un proceso de cambio y mejora para los paraguayos y las paraguayas. Nos toca organizarnos para difundir y a partir de los valores fundantes de una nueva sociedad trabajar en conjunto un proyecto político que reivindique al ser humano y lo saque de este camino destructivo, anti solidario que pone en vilo incluso la vida humana en el planeta constituyendo una seria amenaza de hecatombe ambiental e incluso bélica en todo el mundo.