HAY UNA GEOGRAFÍA NARCO EN PARAGUAY COMO PARTE DEL SISTEMA MAFIOSO
La muerte del diputado colorado Eulalio "Lalo" Gómez supuestamente con vínculos con el narcotráfico, y el lavado de dinero, lamentablemente no constituye un hecho aislado en Paraguay.
Más allá del horario en que se hizo el allanamiento -en horas de la madrugada - donde una elite policial ingreso al domicilio del parlamentario acompañado de agentes fiscales -con el objeto de recabar evidencias e incautar elementos de prueba que fortalezcan la imputación por lavado de dinero y asociación criminal contra Eulalio Gómez y su hijo Alexander Rodríguez Gómez- según la versión oficial, hubo un enfrentamiento que acabo con la vida del diputado Lalo Gómez.
Existes varias versiones con relación a su muerte. Para el gobierno, la fuerza pública actuó en legítima defensa porque fueron recibidos a balazos por el diputado. Para familiares del fallecido, Gómez fue ejecutado extrajudicialmente, o sea fue un asesinato. Y la clase política en general, para algunos, fue una “quema de archivo” pues Lalo era más importante vivo que muerto.
En el Paraguay teniendo en cuenta datos extraídos de publicaciones periodísticas, solo a partir del año 2000, 26 políticos del partido colorado -en el gobierno desde 1954, salvo el breve mandato de Lugo 2008-2012, entre ellos ex presidentes de la República, presidente de la ANR, como se le conoce también al partido colorado-, vice-presidente, senadores, diputados, gobernadores, intendentes, concejales, dirigentes de base han sido investigados, procesados o condenados por tráfico de drogas, lavado de dinero, asociación criminal o asesinatos por ser parte del crimen organizado o su vinculación a las mafias.
Estos operadores políticos fueron Cynthia Tarrago, Érico Galeano, Juan Carlos Osorio, Ulises Quintana, Horacio Cartes, Hugo Velázquez, Lino Cesar Oviedo, Oscar González Daher, José María Bogado, Magdaleno Silva, María Laude Morel, Rogelio Penayo López, Carlos Ruben”Chicharo” Sánchez Garcete, Vilmar “ Neneco” Acosta, Freddy D’Ecclesiis, Bernardo Villalba , Marcial Lezcano, Faustino y Walter Villaalta, Víctor Raúl D’Ecclesis, Feliciano Euclides D’Oliveira Garcete, Carlos Maggi Rolón, Wildo Legal, Teodoro Saiz Silvera y Alicia González, Eladio Ramón Morel.
Castas políticas
Esta situación ocurre en pleno siglo XXI, donde unas castas políticas han convertido la estructura de un partido de derecha prácticamente en una organización criminal, pues han normalizado el narcotráfico, el lavado de dinero y otros delitos conexos, utilizando tráfico de influencias, y las credenciales de ser parte del poderoso partido colorado, introduciendo sus actividades ilícitas dentro del estado paraguayo.
Esto tampoco es un accidente, una anomalía, al contrario, lamentablemente podemos sostener, que la historia política y económica del Paraguay desde hace 70 años coincide como un reloj suizo con la historia del crimen organizado nacional y su modelo mafioso.
Cuando el dictador Stroessner asumió el poder, por un golpe cívico-militar en 1954, la violencia política ya tenía una larga tradición en el país, a través de las asonadas, cuartelazos, golpes de estado, guerras civiles, sin descartar incluso magnicidios que estuvieron a la orden del día en la primera mitad del siglo XX.
De hecho, la primera víctima de Stroessner durante el golpe, fue el jefe de policía más querido e íntegro de ese tiempo, Dr. Roberto L. Pettit, quien murió asesinado de certeros tiros durante el ataque a la comandancia de la policía el 4 de mayo de 1954. Pettit era parte de ese partido colorado cuya doctrina era republicana, agrarista, popular, y de tendencia claramente socialista. Una agrupación política que defendía la democracia y la justicia social pero que con Stroessner fue vaciada de sus ideas progresistas, de toda cultura cívica, y ética, para convertirla en una estructura de poder criminal.
Stroessner y su camarilla protagonizaron una contrarrevolución que no solo cambio definitivamente la ideología e ideario del partido colorado, sino significó la suba al poder de un presidente con un proyecto no solo dictatorial, sino con una ideología mafiosa, que destruyó totalmente el tejido social de la sociedad, transformo la estructura del estado -con sus luces y sombras- al servicio del bien común por una política clientelista, parasitaria, extorsiva, violenta y con fines de enriquecimiento personal y elitista, a costa del empobrecimiento de las mayorías.
La política cultural y económica del stronismo tuvo por fin socavar y destruir los altos valores ético-espirituales de la sociedad paraguaya y transformarla en una población acrítica, sumisa, obsecuente y aduladora con el poder para sobrevivir.
Un pueblo fue corrompido por miedo a la política represiva, violenta y de terrorismo de Estado implementada por Stroeesner, que logro cambiar totalmente a una sociedad que estaba cívicamente formada, valiente, honesta y digna.
Transición a la democracia
Según el sociólogo Carlos Peris “El narcotráfico no ha sido un hecho incipiente en la nación, se lo situó en la década de 1950, dentro del contrabando de tabaco y whisky (Moriconi y Peris, 2018). De 1967 a 1989, con los iniciales preceptos del francés Auguste Ricord, se lo unió con la jerarquía militar, bajo la atenta mirada y supervisión de Andrés Rodríguez (General de Ejército - Caballería) y el beneplácito del dictador Alfredo Stroessner (Laíno, 1979)”
En los años 90, con el inicio de la mal llamada “Transición a la democracia”, prevalecieron en el negocio de las drogas, los patrones que tenían sus centros operativos en la ciudad de Pedro Juan Caballero; uno de los más destacados fue Fahd Yamil, socio comercial y compadre del General Andrés Rodríguez.
Finalmente según Peris “ya en el transcurso del siglo XXI, comenzó la era empresarial, con asociaciones criminales trasnacionales, Primer Comando de la Capital y Comando Rojo (Rivera, 2008), y sus respectivas prácticas en función de la subcontratación de plantaciones en la frontera paraguaya (Werker, Ubacht, y Ligtvoet, 2017), cooptación de rutas regionales (Bartolomé, y Ventura, 2019), y la facilitación de la logística hacia la internacionalización de las mercancías (Garat, 2020; Moriconi, y Peris, 2019)”
Y no podemos dejar de mencionar que, dentro de esta transnacionalización del narcotráfico, la mafia italiana de la Ndrangheta, que es la patrona mundial del tráfico de drogas, juega un papel fundamental, ya que no solo es rica sino poderosa, al contar con ramificaciones en todo en el mundo; en Sudamérica, coordina y lidera a las organizaciones criminales regionales, utilizándolas como operadores logísticos, recaudadores, brazos armados de su imperio criminal.
‘Ndrangheta
En la actualidad la ideología mafiosa se ha consolidado en el Paraguay, pues funciona perfectamente una red internacional criminal liderada por mafias como la ‘Ndrangheta sin descartar a las otras mafias italianas como la Cosa Nostra, la Camorra Napolitana, que tienen una estrecha vinculación con las organizaciones criminales paraguayas, brasileñas, argentinas, bolivianas, colombianas etc., conformando un sistema mafioso integrado, que no solo se dedica a actividades ilícitas sino sobre todo licitas.
Parafraseando al Fiscal Nicola Gratteri -uno de los principales referentes del combate contra la mafia en Italia- sostengo que considerar en la actualidad a las mafias en general y a la ‘Ndrangheta en particular como un fenómeno exclusivamente criminal, que habría que combatir exclusivamente con las fuerzas del orden, representa una limitación cultural que hasta la actualidad ha condicionado la lucha contra ella. Si solo tuviese esa característica, la mafia ya hubiese sido derrotada hace décadas, tal como ha ocurrido con el terrorismo, el bandolerismo y otros fenómenos delictivos. Sin embargo, la ‘Ndrangheta es un sistema criminal que ha gozado siempre de fuertes relaciones con el poder político y financiero.
Es lo que está ocurriendo en la actualidad en Paraguay, pues se está fortaleciendo la ideología y el modelo mafioso, donde los grandes padrinos corruptores se fortalecen a medida que la política se debilita, pues los políticos están más preocupados en defender de manera similar a las mafias los intereses económicos particulares de los clanes y de la afiliación antes que el mérito, la búsqueda del bien común o la ética.
Las mafias existen
Pero lo más grave que está ocurriendo en el Paraguay es que a pesar de los varios magnicidios que hemos tenido luego del 89, donde los autores intelectuales estaban vinculados no solo al crimen organizado sino a las mafias, como la de los periodistas Santiago Leguizamón, Pablo Medina, el caso de Marcelo Pecci entre otros, los políticos y gran parte de la población parecen percatarse que las mafias existen, solo cuando disparan, mientras tienden a ignorarlas cuando están en silencio y se mueven de manera invisible, votando, haciendo votar, blanqueando dinero, haciendo grandes negocios con el estado, participando en licitaciones públicas, cuando aparentemente no molestan.
A pesar de los antecedentes policiales y judiciales del fallecido Eulalio Lalo Gómez, que ya la Comisión Bicameral de Investigación de ilícitos del Congreso del periodo anterior ya lo manejaba, entre cuyos integrantes estaba el actual presidente de la Cámara de Senadores Basilio “ Bachi” Núñez, e incluso el Ministerio Publico tenía conocimiento desde el tiempo de la Fiscal General Sandra Quiñonez, sin embargo no solo no se lo imputo, sino se le permitió candidatearse y ocupar una banca en la Cámara de Diputados. Oportunamente tampoco ningún miembro de la comisión directiva del partido colorado impugnó o cuestionó su candidatura, esto confirma la idea que en la actualidad el Estado paraguayo se habría convertido en un Estado –Mafia similar a los Estados balcánicos en su momento como Serbia y Albania, en que las organizaciones criminales dedicadas al tráfico de drogas y de armas, han anidado en la cúpula de las instituciones.
También fueron considerados estados-mafia países como Rusia durante el gobierno de Yeltsin, Colombia durante la década de los 80, y Italia en la actualidad.
Por Estados-mafia pueden entenderse: “Estados afectados por un doble fenómeno: las conexiones entre organizaciones criminales e instituciones, representadas por hombres incriminados por corrupción o por mafia, y el uso, continuado o frecuente, de prácticas criminales por parte de las instituciones mismas“
En más de 70 años de vigencia del crimen organizado tipo mafioso en Paraguay, es hora de tomar conciencia que han fracasado las medidas meramente represivas o de lucha militarizada contra el tráfico de drogas y otros delitos, es hora de ir cambiando de estrategias como estado. Pues si no cambiamos de mentalidad seguirá derramándose sangre de seres humanos, - más allá de que este o no vinculado al crimen organizado- como fue el caso ultimo del diputado Eulalio Gómez, y de muchos otros que todos los días son asesinados en las fronteras, sin que pueda acabarse con el crimen organizado y la mafia.
Paraguay un país condicidonado por el crimen organizado
Urge que las autoridades de los tres poderes del Estado, y la sociedad civil organice conversatorios, debates, mesas de trabajo, conferencias, talleres, y congresos donde podamos hablar de Historia de la Mafia. Su origen y evolución. Mafia y Política, Mafia y Economía, Mafia y Finanzas, Estados-Mafia y Sistema Criminal Integrado.
Vivimos en un país totalmente condicionado por el crimen organizado de tipo mafioso, tanto en nuestras libertades, como en el sistema económico y político, necesitamos iniciativas audaces, con la fuerza de inducir la participación de la sociedad, a través de sus variadas expresiones, una especie de revolución cultural radical donde se afirme el compromiso ético de la sociedad y la clase política para luchar unidos contra este centenario flagelo; asumir como bandera de lucha superior para redimirnos, la lucha contra un sistema mafioso, que es hijo de un capitalismo salvaje, que como dijera el diputado argentino de Santa Fe, Carlos del Frade: “ Desde hace medio siglo que los organismos internacionales vienen sosteniendo que los principales cinco negocios del capitalismo son el petróleo, las armas, los medicamentos, el narcotráfico y la trata de personas.”
Finalmente es hora de mirar con nuevas perspectivas lo que está ocurriendo en nuestras fronteras de Pedro Juan Caballero, Ciudad del Este, Saltos del Guaira, Ypejhu, Pilar, pero también en la zona de Curuguaty, Concepción, San Pedro, Itapuá, Misiones, el Chaco Paraguayo, que se han convertido en una geografía narco paraguaya , una ruta que forma parte del territorio de un sistema mafioso controlado por una elite político-económica , que ocupa los más altos poderes del Estado, para romper definitivamente con el estigma político y social vigente.
Y eso solo lo lograremos si construimos juntos un Movimiento Social Antimafia latinoamericano, como lo soñaron nuestros mártires, héroes civiles en la lucha contra las mafias.