día de la mujer rural

Cada 15 de octubre se celebra el día internacional de la mujer rural como una forma de reconocer la contribución de las mujeres rurales e indígenas al desarrollo agropecuario, la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza a nivel mundial. En Paraguay, según el Censo Agropecuario Nacional (2022) existen alrededor de 1.082.120 mujeres rurales en todo el territorio nacional.

Las mujeres en el sector rural se ocupan de actividades de producción, transformación y venta de productos agropecuarios además de las labores de cuidado. Son guardianas de los saberes ancestrales, medicina natural y principales protectoras de la biodiversidad. Su trabajo es fundamental para la producción de alimentos en los hogares en la transmisión de conocimientos y la reproducción de prácticas de producción en armonía con el ambiente y que protegen los recursos naturales tan amenazados por el cambio climático y las actividades productivas contaminantes.

Sin embargo, las mujeres rurales en Paraguay se enfrentan a dificultades como falta de acceso a salud y educación de calidad, lo que no les permite desarrollar su potencial y limita su participación en el desarrollo comunitario y actividades políticas, lo que a su vez afecta a la democracia, ya que estamos hablando de la mitad de la población. Por otro lado, los estereotipos de género limitan su participación, dado que no es muy bien visto que las mujeres participen de la esfera pública y a menudo se subestiman sus ideas y trabajo.

La discriminación por razones de género es una realidad que no les permite a las mujeres acceder a recursos, tierra, créditos, capacitación y la toma de decisiones en diversas esferas. En situaciones de emergencias por desastres, son las más afectadas dado que se ocupan de salvaguardar a toda la familia primero, postergando su bienestar y seguridad.

Son necesarias, de manera urgente, políticas públicas que favorezcan condiciones de igualdad real para mujeres y varones, empezando por una educación que promocione la equidad, el desarrollo personal y profesional en igualdad de condiciones y oportunidades, una participación efectiva en las actividades comunitarias y un mejor reparto de las tareas domésticas de modo a garantizar su presencia en la esfera pública sin que ello implique una sobrecarga mental.

Mientras no reconozcamos el protagonismo de las mujeres en la producción agropecuaria, el desarrollo comunitario y la seguridad alimentaria, será muy difícil llegar a la soberanía alimentaria y una sociedad que viva en democracia y desarrollo socioeconómico real.

Redacción por ana rolón portillo